Ayer llegué de Bilbao. Fue un taller intenso. Estoy cansada pero hasta que no he parado no me he dado cuenta. Estaba muy activa, casi espitosa, y me estaba planteando este estado para mi 24 día del ciclo (en 2-3 días menstrúo). Ocurre que a principio de la fase premenstrual el nivel de actividad es brutal. Es como el último cartucho antes del dulce período vegetativo. La mente- cuerpo se activa de una manera creativa y miles de proyectos, ideas y locuras varias salen por la punta de mis dedos. En esta fase siempre tengo la «libreta de ideas» bien a mano. Estoy muy dispersa pero es genial porque me ayuda a dar diferentes cuerpos a las diferentes ocurrencias. La procrastinación es el apellido de esta fase y es muy saludable. Si nos forzamos a estar planificadoras, ordenadas y sociales estaremos alimentando a la bestia negra que, por suerte, vive en nosotras (Siempre digo que la rabia es un gran motor de cambio).
La comunicación se establece en otro orden, más abstracto y creativo. Las palabras buscan una manera propia de hacerse cuerpo y el cuerpo premenstrual es líquido, sinuoso, directo e hipersensible, así que serán palabras vivas y originales. Los clichés no se admiten en esta fase.
A pocos días de mi menstruación, las letras se cruzan y ardo en deseos de hacerme un ovillito en mi madriguera de jazmín (mi terraza!!) y ponerme a investigar con mis nuevas lecturas en inglés, porque causalmente, cuando estoy en esta fase me empapo mucho mejor de otros idiomas. Eso sí, si me paro a pensar «ostras! estoy leyendo sin problemas!» se me hace un nudo en los ojos y no me entero de nada. Es lo que tiene que el hemisferio derecho esté tan activo y que mis hormonas estén en su descenso. Ya no estoy espitosa y casi casi podría decir que ando torpe. Pero no se trata de torpeza, sino de una cadencia suave y amable que, si me lo permito y no me fuerzo, me lleva a buen puerto. Llamamos torpe aquello que no es lineal, rápido y directo. Sospechoso, eh?
Cierro aquí. Voy a comer para pasar la tarde leyendo-investigando-creando.
Cuando una conoce a sus señoras, es más sencillo nadar a favor de la propia corriente (cada cual, la suya!) 😉
Leer, en premenstrual, es sexy.