Claves para comprar ropa y no desesperarte

No me gusta ir de compras. De verdad que me agobio muchísimo y me asaltan los fantasmas de cuando era una niña y debía comprarme la ropa en la «tienda de mayores» porque no tenían mi talla en la de niñas. Es cierto que lo que me gusta es andar por la calle y ver algo que me gusta y entrar a comprármelo pero a veces, bastantes, no puedo hacerlo. Primero, porque he heredado el «morrete fino» de mi padre, con lo que todo lo que me chifla tiene unos precios que ni os cuento y segundo, porque no siempre tengo dinero disponible para ello. Así que, cuando he reunido el dinero suficiente para comprar la ropa básica que necesito (sólo me compro básicos, porque tengo la tonta idea de que lo demás son lujos (¡coño! cómo si no me los mereciera)) me lanzo a las calles abarrotadas de la ciudad moderna por excelencia: Barceeeeelona. 

Desde hace tiempo ya decido lanzarme a esta aventura de comprar ropa teniendo en cuenta la fase del ciclo en la que estoy. Como en todo lo que hago en mi día a día, saber qué me va a aportar/ retar cada fase me da más margen para conseguir lo que quiero. 

Aquí, mis claves:

1. Si sueles tener complejos y detestas mirarte en los espejos malvados de los probadores

Ve en la fase ovulatoria o al final de la preovulatoria. El subidón de estrógenos nos sienta de fenómenos y nos permite vernos en todo nuestro esplendor. El cabreo de «mi culo es tan gordo que no entra en estos comunes vaqueros» se rinde a la evidencia de «estos vaqueros no merecen a mi precioso culo». La Poderosa Afrodita (que es como llamo a esta fase) se comprará ropa molona y generalmente, extra femenina (femenina según el concepto cultural actual). Si quieres dar un aire fresco y atrevido a tu armario, ésta es tu fase.

Eso sí, esta alegría también lleva a una alegría por comprar y comprar con lo que el presupeusto se puede resentir. 

2. Si vas con el presupuesto ajustado y sólo quieres cubrir el fondo de armario con básicos

Ve a comienzos de la fase preovulatoria. Los estrógenos van aumentando y activan nuestra capacidad de tomar decisiones racionales. Te irá de perlas hacerte una lista de qué necesitas y es posible que le eches un ojo a la web de la tienda para ver, antes de ir,  qué combina con qué y qué es lo que realmente vas a comprar. En esta fase hay poco margen para el impulso. 

Puede ser que, al entrar al probador, puedas comportarte de una manera un tanto maniática con tu físico pero nada que te vaya a desmoralizar. Como tendemos a estar muy puntillosas en esta fase, podemos sentirnos un poco bajo presión. Lo bueno de esta fase es que no nos hundimos por ello sino que buscamos soluciones. 

La Indomable (fase preovulatoria) es fan de la ropa cómoda y útil. Si ves algo que se salga de lo común para ti, le parecerá algo extrafalario que apenas si va a usar. Por ello es genial para la ropa básica. 

3. Si lo que necesitas son complementos

Ve en la fase premenstrual. La progesterona estimula los estados de creatividad. Complementos curiosos que dan un aire diferente a nuestra ropa y que no tienen porque costar un dineral son la mejor compra para esta fase. Además no tenemos que pasar el tiempo dentro de asfixiantes probadores, hecho que nos agobia muchísimo en esta fase. Por otro lado los pequeños o grandes complejos que tengamos se acentúan. Generalmente nuestro cuerpo se redondea más y como nos cuesta aceptar la redondez en esta sociedad, nos sentimos feas e incómodas. Probarse unos skiny jeans (vaqueros ajustadísimos) es una tortura. 

Evita las aglomeraciones de gente y los establecimientos bulliciosos pues es posible que te entren sofocos y se dispare la mala leche. Visitar tienditas con encanto dando un paseo es el mejor plan para este día de compras.

Estas claves a mí me van genial. Es obvio que cada una es diferente, la cuestión está en conocer a nuestras 4 mujeres y saber qué nos va mejor en cada momento. 

Por cierto, sobreviví al día de compras e incluso disfruté (fui a principios de mi fase ovulatoria).

Día 17: fase ovulatoria

Pic por Desingspiration

Si tú también quieres conocer y gozar de tus fases, aquí tienes una propuesta que te va a encantar

Conocerte es vivirte. Vivirte es amarte. Amarte es ser libre.

 

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