Hoy voy a empezar. Hoy es el comienzo del final.
Suena en loop en mi cabeza. En el ordenador. Lady Blue. Así he vivido por un año. Ayer el hechizo se rompió. Quizás no fue ayer. Quizás se gestaba de antes. No lo sé. Ayer se cumplió el primer año de ausencia: el de mi abuela en este mundo y el mío en este pellejo. No sé si se vio. Es posible que para aquellas que me conocéis sólo de este camino no notaseis la diferencia. Pero sí, estuve ausente durante mucho tiempo.
La soledad es un lugar tan vacío sin ti.
Sola conmigo en mí y sin mí, sin la mí del todo, ésa que baña cada hueso de mi esqueleto.
Desde hoy, no temas nada, no hace falta ya.
Todo se fue con el huracán.
Nada queda de las vueltas que el tiempo nos dio.
Todo se fue con el huracán.
He vuelto pero me cuesta hacerme a mi cuerpo, a mi respiración y mucho menos a mis planes. En todo este año he puesto múltiples baldosas rubís a este camino. Una tras otra, para no mirar atrás, para no ver la profundidad del abismo. Ahora, al volver, no me hallo en mi agenda ¡Tremendo ritmo el que llevé para no recordar! He creado tanto desde el vacío, tanta belleza, tanto empeño todos nacieron de esa mirada quebrada, de un hilo-suspiro casi mudo. Volver está siendo cansado. Porque ahora el gusto por el mundo, por sus diminutos placeres, se me vuelve a antojar. Ha vuelto el apetito por soñar despierta, por tumbarme en el sofá y mirar a las pelusas juguetear en la esquina de la habitación. Este ritmo marcial me ayudó a mantener algo de vida en mí. El Camino Rubí me ha mantenido viva durante este Año Horror Vacío Dolor. Nunca tuve hijxs, tengo una perra y un gato. Son seres de los que cuido y que como este proyecto me negué a fallarles pese a no estar en mí. Me volqué para no vaciarme del todo o para no contagiar mi vacío. No lo sé aún.
Hay un libro por nacer en papel. Un libro que necesita todo un proceso. Un libro que está bien gestado, un libro que recopila lo que fue este Año Lamento y que tiene dibujos tiernos, dibujos bellos que ilustran cada goteo de miel-hiel. Tengo que cuidar bien a este retoño, me repito. Pero como he vuelto me cuesta poner atención a todas las tareas que se suman a esta gestación- creación. Tantas tareas, tanto orden, tanta concentración. Todo descrito al detalle para no perderme en mis sombras. Pero ahora ya no estoy ahí. Ya no estoy en Ningún Lugar. He vuelto. Los sabores vuelven a saber. La luz ya no me molesta y tampoco la persigo. Simplemente está ahí, invitándome a bailar. Y surge en mí un miedo: y si sin este Abismo ¿no sé crear ni cuidar de este Camino?. No es absurdo. Yo soy un animal crisis-creativo. Soy una lombriz, sin mierda ¿qué hago?. Si hay una psicóloga en la sala verá que soy una junky de la angustia. No es un secreto.
El 1 de enero de 2013 salí llorando de la ducha. Sabía que ese año moriría. Moriría la abuela y moriría yo. Yo Como Fui también murió. Recuerdo, días después, secarme las manos con el paño de cocina y aceptar. Sentí que algo terminaría y que yo lo aceptaba para … para… no sé. Pero soy consciente de aceptarlo. Ahora no lo entiendo mejor, pero lo entiendo. resulta que ahora quiero vivir. No, no malviví este 2013. Sois testigos. No fue una autómata la que creó todo lo creado. Pero sobreviví. Digamos que esto era lo único que me mantenía enganchada a la vida. Su rutina, vuestros deseos y yo aquí, suministrando aliento. Ahora sólo quiero salir a tomar un té al sol del invierno y leer y tejer y charlar con el frutero. La vida vuelve a preñarme las pestañas y tengo miedo de salir a jugar al patio con ella. No vaya a ser que pierda a mi criatura. No vaya a ser que no pueda tenerlo todo.
Dicen que vivir es correr el riesgo. No sé si lo dicen o si soy yo que lo digo y me apura reconocerlo. Pero vivir es un riesgo y yo, no puedo no correrlo.
Por ahora sólo sé eso.
Día 12: caminando a ovulatoria
Pic de Lady Desidia