Comer o no comer 💩

Esta no debería ser ya la cuestión, pero parece que sí. Porque detrás de nuestros dolores está el venir comiendo mierda desde la Antigüedad.

Perdone señor, esa 💩no es mía

Cuando alguien dice que hemos aceptado las peores condiciones del juego, yo quiero arrrancarle la cabeza de un bocao. Pareciera que nos dieron a elegir y, como atolondradas borreguitas, elegimos muerte en lugar de susto (o vivir en un susto perpetuo hasta la llegada poco triunfal a la cajita de pino).

Aquí ninguna ha elegido nada. Y es que ese es El Problema. No somos reconocidas como sujetos capaces de elección y mucho menos de plantear posibilidades para esta.

Cascarón de nuez

Venga, vale, alguna dirá que no es verdad, que hemos avanzado mucho pero me río yo de esos avances vaciados de contenido y troceados en nichos de mercado a los que vender libertades en pildoritas, bulas de píxel y otros milagritos con lo-fi filter.

Podemos elegir qué comprar, eso sí, pero seguimos sin poder elegir cómo habitarnos, cómo vivirnos, desde dónde plantear nuestras vidas y cómo sostenerlas. Nuestro cuerpo monstruante se ha reperfilado como un contenedor de nuevos productos, nuevos dogmas, nuevos servicios desde donde volver a expulsarnos (si es que alguna vez llegamos a okuparnos del todo). Un cascarón de nuez a la deriva de lo que nos quieran vender, un vacío al que rellenar en cada parada por agotamiento.

Odio fecundo

Que mi emoción primaria es la furia no es ninguna novedad. Que gracias a ella me activo y puedo salir del letargo que me produce sentirme tan agobiada-alienada, también es verdad. Porque en días como hoy, en los que mi Premen (alterada por las fluctuaciones de prolactina de esta lactancia de 2 años que vislumbra el destete nocturno), me exige -desde el fondo del espejo- que comparta contigo este dolor enquistado.

Como dice Andrew Culp, superamos la tristeza no a través de la felicidad, sino más bien, a través del odio a este mundo. Y es que hay muchos motivos para alimentar el odio y echarle a correr por las calles. Ahora bien, ¿existe alguna manera de que este no nos coma por las patitas? ¿Y de que este odio no pierda al cuerpo y esa necesidad de justicia y cuidados que persigue? ¿Podría no ser utilizado por Los Otros y sus agendas? ¿Es posible un odio generador de vida?


Veo tu mierda, hermana

En este video sincericida me preguntaba sobre cómo colectivizar nuestras miserias, pues se me antoja grieta por la que salir de este narcótico naufragio.

Desde mi odio más tierno, feroz y profundo, puedo ver que tu mierda es mi mierda. Que no es casualidad que nos salpique a ambas ni que mantengamos una dieta fecal de valor nutritivo similar.

Leo este artículo sobre trombos, AstraZeneca y la píldora anticonceptiva. Dos párrafos bastan:

«Según informa la BBC en un artículo publicado hace tan sólo unos días, hasta la fecha se habían diseñado dos prototipos de píldora masculina. Por un lado, un método hormonal que detiene el desarrollo de espermatozoides sanos y, por el otro, uno no hormonal cuyo objetivo es evitar que los espermatozoides entren en la vagina.

Aunque ambas opciones son perfectamente realizables, el profesor de biología reproductiva de la Universidad de Nottinghan, Adam Watkins, aclaró a la BBC por qué el desarrollo de este fármaco no llegó a ningún lado después de los resultados obtenidos en un estudio realizado en 2016: «Se indicó que había efectos secundarios como granos en la piel, trastornos del estado de ánimo y aumento de la libido, complicaciones que los hombres consideraron demasiado severas e intolerables, lo que hizo que se cancelase la investigación».»

Arden mis carnes. Pienso en este incendio: qué mundo el nuestro que nos escupe a la cara y pareciera que nos está lavando. Existen cuerpos que por nada del mundo pueden quebrar pero otros que sí, pues es lo natural, lo común, lo aceptado. Porque, sin duda, esta condición de comer mierda a paladas es elección propia, individual y libre.
L I B R E.

Una aspirina para esclavas

«La libertad es una aspirina para esclavos» es una de mis citas tótem de Stéphane Kosen, que dice «No hay libertad, no existe. Hay una interdependencia, un respeto, intercambio armonioso, o no. Eso es todo.» Esta mañana me asalta al abrir Yo Menstrúo, Un Manifiesto buscando aquellas palabras ya brotadas:

«Aceptamos lo que hay porque es lo que nos han dicho que nos corresponde. El dolor cronificado, los diagnósticos tardíos, los tratamientos sintomáticos con efectos secundarios no explicados, la falta de investigación sobre nuestro cuerpo y particularidades, la patologización de nuestros procesos y demás situaciones de desprivilegio son el resultado de habitar el mundo desde El Otro Cuerpo.

Somos el cuerpo escrito por El Otro. Somos lo que dijeron que debíamos ser. Y como secundarias en este relato, nos corresponde el pedacito de mundo que pintaron para nosotras. ¿Imaginas cómo sería nuestra vida si supiésemos medularmente que podemos exigir una vida en condiciones, sin más humedades ni moho? ¿Imaginas cómo sería habitarse una y el mundo siendo la escritora de nuestra Historia

Canta la Llergo
Lo que hay debajo de tu piel no es simple.
Rompo a llorar.
Porque mi odio no es más que un colosal anhelo de justicia, es la ternura amordazada por la compostura, es el pecho floreciendo entre espinos y sangrando a cuentagotas por miedo a incomodar.

Nuestro dolor incomoda. Nuestro odio está tan precarizado como nuestro deseo. Lo que cabalga entre nuestras costillas solo puede ser anestesiado si se quiere ser libre. ¿Qué libertad es la nuestra, madre?

Nos necesitamos, ¿por qué no lo vemos? ¿Por qué no nos movemos? No tengo recetas. Tengo dudas, temblores, balbuceos y mucha sed.

(suspiro)

Ojalá el calor de este incendio, de este dolor, de este odio sea chispa-lucero en estos días y estas noches.

te mimo.
E.

<<En el grupo de Telegram estamos compartiendo nuestras experiencias de violencia con ginecólogos. Si deseas compartir la tuya, únete.>>

Este texto lo escribí para las más de 22k suscriptoras de la newsletter de esta Casa y es posible gracias a las cuotas de suscripción de las compañeras de la Comunidad soy1soy4.com

Si quieres leer contenido de calidad, creado desde mis tripas a las tuyas, me tienes en tu buzón dos sábados de cada mes.

😎Desde 2010 dándole a la tecla para okupar nuestras carnes morenas.

Desde elcaminorubi.com te informamos de que los datos de carácter personal que nos proporciones rellenando el presente formulario serán tratados por Kintsugi LAB S. Coop. And. como responsable de esta web. La finalidad de la recogida y tratamiento de los datos personales que te solicitamos es para enviarte nuestras newsletters, promociones de plazas en soy1soy4.com y recursos exclusivos. La legitimación se realiza a través del consentimiento de la interesada. Te informamos que los datos que nos facilitas estarán ubicados en los servidores de Sendgrid en EEUU. Sendgrid está acogido al acuerdo EU-US Privacy Shield, aprobado por el Comité Europeo de Protección de Datos y aquí puedes ver su política de privacidad. Podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación y suprimir los datos en '[email protected]' así como el derecho a presentar una reclamación ante una autoridad de control. Puedes consultar la información adicional y detallada sobre Protección de Datos en  nuestra Política de privacidad.

Tags:

Conocerte es vivirte. Vivirte es amarte. Amarte es ser libre.

 

© 2010-2023 el camino rubí - todos los derechos reservados || Registrado en Safe Creative

Inicia Sesión con tu Usuario y Contraseña

¿Olvidó sus datos?