La regla, sí, la misma que viste y calza, este enero no vino a su hora.
Este último ciclo he tenido un retraso de 6 días que en mí es un mundo. Juro haber estado rezando para que no bajara en una larga temporada, creyendo estar embarazada, me hice 2 pruebas de embarazo (una de ellas meé fuera del tiesto… y tuve que repetir) mientras jugaba con nombres en mi cabeza y en cómo se lo contaría a nuestros padres. Al final salió negativo y con el resultado vino la consiguiente bajona que me duró unas cuantas horas (ya me repongo rápido de mis intentos fallidos de quedarme embarazada). Tras secarme los mocos pensé: Erika, ¿qué pasa? Y como buena hipocondríaca (gracias a esta angustiosa manía este proyecto existe) saqué mis libros e informes, revisé y revisé y caí en lo que siempre caigo: así, bajo tremendo estrés, la Señora de Rojo no va a querer venir y liberarme de la sobrecargada Señora Premen. Tenías que haber visto a mi premonstrual (sí, no me he equivocado al teclear). En serio, era todo un poema. Un poema de mi querida Pizarnik llegando a estado Sylvia Plath y a la búsqueda ansiosa de un horno en el que meter mi saturada cabeza.No te voy a engañar, mi ciclo a veces es muy duro de llevar porque no soy una alienígena que vive en un mundo que respeta mis ciclos y libera unicornios de colores para que jueguen conmigo cuando menstrúo. Hice un recuento de cómo habían sido las Navidades y mi actual problema de cólicos renales. Pensé en cómo me había estado tomando todo este último ciclo. Pensé mucho y variado y llegué a la conclusión de que tenía que dejar de pensar. Algo que siempre sale como mi gran solución y que no consigo hacer (¿alguien lo consigue?). Me senté en mi zafu como cada día y lo que quería era escupir a la inmaculada pared. Cuando una tiene las hormonas revueltas y se impacienta, la furia titánica se apodera de cada suspiro.
Y bien, elaboré un plan que sirvió y que espero pueda servirte a ti cuando la Dama Roja, la Señora de Rojo, Maripili y sus cosicas o como la quieras llamar, se retrasa y confirmas no estar embarazada – a todo esto para que sea eficaz de verdad una prueba de embarazo o bien la haces 10 días después de cuando te tenía que haber venido o bien compras un test de sensibilidad alta 10 mlU/ml y lo haces un día después de la falta y repites si es necesario días más tarde- Por cierto este enero se nos ha retrasado a muuuuuuuuuuchas, es lo que tienen las Navidades, que con todo el jaleo logístico y emocional nuestro cuerpazo toma nota y pide tiempo (Los fabricantes de test de embarazo no tienen cuesta de enero, no, no).
1. Para
Sí, si estás trabajando como una loca, para. Así es más difícil. En situaciones de estrés y adrenalina a cascoporro tarda más. Así que date espacios para tumbarte, tocarte la barriga, pasear,…
2. Teje o entretén tu cabeza/manos
Puedes meditar y si te centras y sirve, ¡estupendo! pero para las más inquietas descansar mirando al techo es sólo la manera de agobiarse pensando en mil cosas estresantes sobre porqué-no-te baja-lacondenadaregla. A mí tejer me va de lujo y no soy una pro de la lana, que conste. Haz algo mecánico que ocupe tu mente y tus manos.
3. Come comida caliente y sana
Sí, lo sé, quieres queso y chocolate y hamburguesas y azúcar en vena. Pero esto puede ralentizar más la llegada de la Bienquerida Menstruación. Sopas de miso van muy bien también purés de verduras y si el hambre se suma a la algarabía hormonal (no queremos que esto pase, porque ya son demasiados invitados a la fiesta) opta por las versiones calientes. Tableta de chocolate negro a mano, es el tremendo aliado.
El queso o lácteos si no son ecológicos, ve diciéndoles adiós. Las hormonas de las vacas y ovejas más las que les inyectan alteran nuestro ciclo cosa fina. En fase premenstrual yo soy una adicta al queso y aunque sea eco, sé que debería reducir la cantidad. Si puedes, hazlo.
4. Deja para la preovulatoria los refrescos, alcohol y cafeína (tampoco té negro)
Si eres nutricionista me dirás que esto es mejor tenerlo lejos siempre (más razón que una santa), pero es que la mayoría de nosotras funcionamos por ensayo y error en esto de comer y nos gustan demasiado las birras a eso de las 7 de la tarde o el vermut dominguero o el cafecito mañanero. Si eres de las mías, deja esto para la preovulatoria (tampoco te pases ni quieras compensar el tiempo perdido en la premenstrual) y opta por infusiones de jengibre y el As de Ases: el Chai sin té negro. El Yogui Tea Classic éste que muchas tenemos en casa el de las frases buenrolleras de la bolsita, pues esto va muy muy bien. Puedes comprar sueltos los ingredientes y hacértelo tú y tomártelo 3 veces al día, bien calentito. Éstos son:Pimienta negra, jengibre, canela en rama, cardamomo, clavo.Son hierbas que calientan el cuerpo además de emenagogas, con lo que son perfectas (eso sí, para esto confirma bien que no estás embarazada).
5. Corre si te apetece (desfógate)
Yo necesité salir a correr porque me comía la angustia. Necesitaba sentir mi cuerpo, estirarme, cansarme físicamente (mentalmente ya lo estaba) y me fue muy bien. Necesitaba liberar tensiones. De este modo llegue al: que sea lo que tenga que ser. Que es el paso previo y necesario para que Doña Menstru venga al barrio.
Si esto se repite a menudo y eras más- menos «»»»regular»»»» (te recuerdo que la regularidad en ciclos no hormonados químicamente es relativa y es sano y atiende a eso de ser animales permeables al entorno), puedes comenzar a tomar aceite de onagra por 3 ciclos. El magnesio y la Vitamina B6 van de fenómenos para los calambres. Que suelen acompañar a las menstruaciones «tardías» producto de un aumento en las prostaglandinas derivado de un nivel de estrógenos alto. Yo tomo la marca Solgar que es pelín más cara pero que tiene el mejor balance de componentes y cero azúcares, conservantes ni colorantes.
Que se altere el ciclo es algo común pero hemos de estar alertas. Por eso es genial el autoconocimiento, así nos vemos venir. Ya que es muy posible que nuestra ovulación se haya retrasado o que este ciclo no hayas ovulado, con tantas emociones y tantas historias que ocurren al finalizar y comenzar un año. Ahora toca observar los siguientes 2 meses y ver qué ocurre, para poder ir a una ginecóloga de confianza para comentarle cualquier síntoma que no nos parezca «normal» en nuestro ciclo. Porque cada una tenemos un ciclo propio; vamos como que cada una tenemos un color de ojos único.
El jueves fui a ballet y en mitad de la clase sentí que mi cerebro se iba de viaje, sonreí y ante la mirada atenta de mi profe dije: se me está yendo la cabeza, mi regla ya está aquí. Y me sentí taaaaan relajada. 3 horas después allí estaba ella, roja y brillante, saludándome desde mi compresa de tela de peces koi (tengo unas compresas muy molonas).
La primera norma es:
Cero agobios, por mucho que pienses Ella no va a aparecer.
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