¡Os dije! A la vuelta de México un proyecto nuevo, sabroso, chissspeante me esperaba a la vuelta de la esquina. Ismael Llopis (conocido como el fotógrafo del reino. Al menos del mío) comenzaba nuevo proyecto en solitario y ¡por fin! yo aceptaba darme ese espacio para crear desde otro lugar más allá de este camino rubí. Este espacio se llama Momo Magazine y es una revista on line canalla, fresca y rebonica.
Yo tenía ganas de que Isma sacara fotos a Virginia Rodrigo pues venía de concierto con su primer LP a Barcelona y me moría por conocerla (nos hemos hecho femifanes la una de la otra) y al contárselo, él me dijo: yo le saco fotos si tú la entrevistas. Y una cosa llevó a la otra y aquí está el resultado. No es una entrevista. Es una conversación porque yo no sé preguntar por encima. Como dice Virginia, no es una entrevista es un sinericidio. Y esto es un regalo. Poder hablar de verdad, sin bragas, con una artista así.
Aquí tenéis un extracto:
Erika I. Con respecto a esto veo la cuestión de la menstruación, indudablemente te voy a preguntar cosas sobre la regla. El cuerpo es una cosa que se impone. Es un amor-odio. En cuanto a esta adicción a la acción, hay cosas que te hacen parar: si tienes un cólico menstrual paras. ¿Cómo vives tú cuando tienes la regla? ¿Paras?
Virginia R. Sí, yo paro cuando me para el cuerpo. Todo lo del cuerpo es lo que trabajo en terapia. Me dicen: “tienes que estar en el cuerpo, vuelve al cuerpo Virginia.” Y yo soy más cabeza. Mi relación con el cuerpo es como de ausencia, mira peso 50 kilos, he perdido 5 kilos y el cuerpo me para porque no he podido poner límites. A mí es el cuerpo el que me para. Todavía no he llegado a la suficiente evolución como para priorizar, cuidarme, etc… Ayer por ejemplo tomé una decisión importante para mí. Fue la de tomar un hostal y dejar de estar en casas de amigos. Más allá de que los amigos lo entiendan o no, si no paro, me voy a poner mala y si no estoy sola en una habitación, me voy a poner mala. A mí el cuerpo me para.
EI. Después de pasarte toda la infancia, adolescencia, juventud con un cuerpo que es como prestado y que puedes machacarlo cuanto quieras, ves que sigue estando ahí. Una puede aprende a cuidar el cuerpo con la edad. Esto es algo importante para llegar a ser adulta.
VR. Mi objetivo es habitar el cuerpo, mi objetivo en el escenario es encontrarme a través del cuerpo.
EI. Y mañana en el concierto, ¿cómo vamos a ver tu cuerpo?
VR. Lo vas a ver tocando en su posición natural, percusión, como me siento más segura y mejor. Luego con la guitarra. Y también mi cuerpo sin instrumentos. Para mí los instrumentos son una manera de taparte. La guitarra sirve, pero la batería es el mejor complemento del mundo para taparte, nadie te ve, nadie se acuerda de ti. Empecé a tocar con la batería, salí de ahí para entrar a la guitarra y ahora estoy en el camino de decir: Sin nada, probar con mucho menos. Uf, me temo que estoy siendo demasiado honesta. Esto es un sincericidio.
Virginia habló mucho del cuerpo, de su cuerpo, de qué supone «ser guapa» y de la angustia de amar-odiar a la mujer perfecta.
El resto del sincericidio en Momo magazine. Además de un montón de fotos chulas, chulas.
Día 19: bye bye ovulatoria
Pic de Ismael Llopis