Tips para ser cíclica y no morir en el intento

Sí, soy cíclica.

Una vez que lo sabes y lo aceptas (porque podrías no aceptarlo aun sabiéndolo) la vida, TU vida, cambia. Pero no un poquito. Cambia mucho. Se pone patas arriba. De nuevo las fresas saben a fresas y los tomates a tomates. Pero no es un camino de rosas. Cuando una va conociendo sus entresijos y cuestionando lo que nos contaron mal y nos omitieron bien sobre nuestros cuerpos, una necesita apoyos. Este blog es uno de ellos. Mi cerebrito derramándose en artículos y videos trata de cumplir con esa finalidad. Porque cuando una lo sabe y actúa en consecuencia sólo acaba de comenzar. Así que hoy me centraré en una petición que me hicistéis el jueves en la 16ª videoconferencia: Tips (consejos) para vivir cíclicamente y disfrutar (o no morir en el intento)

1. ¿Qué te mueres por hacer?

Literal. Si hoy a las 9 de la noche te murieras ¿qué harías ahora mismo? Eso, justo eso ha de convertirse en tu prioridad. Sí sé que es difícil, que el día a día, que las obligaciones… que te entiendo y que yo también funciono así pero para vivir gozosamente una tiene que apostar por su deseo. Cuanto menos por descifrarlo (que ya es mucho) y después crear el espacio y darle tiempo para cumplirlo. Preguntándote cada día qué deseas podrás comprender mejor la fase en la que estás y cómo funciona, qué es lo que le mueve. Imagina que te apetece quedarte en la cama hecha un ovillito. Hazlo. Vale, no puedes porque tienes compromisos inamovibles. Bien, pues toma nota de lo que te apetece y busca buenos sustitutos o busca un tiempo/ espacio para ovillar más tarde. Pero no desatiendas tu deseo. Habrá días que no te quedará otra pero que sean los menos. Hazlo por la persona más importante de tu vida, por la que sin ella no estarías aquí. No, no es tu madre. Eres tú.

2. Sé lo más organizada (y cumplidora) que puedas

Sí, el caos es altamente creativo pero no se trata de ser creativas ahora. Se trata de que puedas organizarte en función de tus deseos y apetencias. Y muchas veces aún conociendo nuestros patrones de comportamiento (a través del diagrama lunar con su registro y comparación entre ciclos) obviamos hacer el esfuerzo de planear nuestro mes de acuerdo a cómo funcionamos nosotras en particular. Podemos empezar por agendar nuestra semana. Mejor objetivos pequeños que son alcanzables y no generan frustración. Si acabas de terminar la fase menstrual y sabes que después llegará una fase más activa y dinámica, trata de ubicar en esa semana actividades que acordes: redactar informes, revisar bibliografías, hacer la lista del presupuesto semanal para comida, salir a correr, festivales de cine, reuniones del grupo de lectura… Es obvio que muchas actividades no dependen de nuestro horario (no somos el centro del mundo) pero más de una vez nos piden consejo para poner una hora o un día. Bien, estáte atenta a tus días y tus fases y agenda en consecuencia. Eso sí, cada una tenemos capacidades y retos diferentes. Puede que tengamos una reunión de equipo en la que queramos dejar nuestras ideas claras y amrcar neustros límites. Pues aunque lo social se presupone que es tarea de la fase ovulatoria, en este caso nuestra Señora Premen dejará las cosas muy claritas.

Por cierto, estaría bien dejar de avergonzarnos al posponer una cita porque estamos en un momento en el que queremos estar solas. Cuanto más puedas visibilizar tus ciclos como una potencia, menos extraña te sentirás y menos cabreos agarrarás contigo misma por no haberte sido fiel.

3. Practica, practica

No es que no sepas hacerlo, es que aún no has practicado lo suficiente. La clave de vivir escuchando a tu cuerpo (que no es otro que tú misma) está en abandonar el hábito de vivir sin cuerpo. Hemos crecido ignorando nuestro cuerpo, temiendo al cambio y sobrepasando nuestros (desconocidos) límites así que cuesta horrores pararse, prestar atención y activarse en base a lo que nuestro cuerpo demanda. Establecer ese diálogo interno puede ser más o menos complicado, por ello no hay que tirar la toalla. Es cuestión de practicar y no caer en el tedio de dejarse la última.

4. Esto… ¡no!

Conocer nuestros límites nos hace fuertes. El cuerpo femenino es el único cuerpo con capacidad para ser dos y a su vez es un cuerpo finito. Está limitado por la piel pero como la mayoría hemos sido educadas para vivir fuera de él y ser omnipresentes (satisfaciendo los deseos/ demandas ajenos) no somos conscientes de ello. Si hacemos deporte o artes manuales (por ejemplo) es posible que seamos un poquito más conscientes porque vemos que hay una importante diferencia entre lo que imaginamos que podemos hacer y lo que acabamos haciendo. Aún así nos cuesta reconocernos finitas y nos sentimos culpables si acabamos aceptando que no hay otra opción que decir que no. Siempre decimos que sí. Pero no todo puede ser, ni todo debe ser. Cuando no podemos o no queremos, el no ha de salir grande y redondo de nuestra boca. Si nos cuesta (por falta de práctica) siempre podemos escribir un mensaje o un email. Por decir que no, no te van a querer menos. Y si lo hicieran ¡qué bien que te has quitado a esa gente del medio! Lo mismo que has anotado qué es lo que te mueres por hacer hoy, anota que no harías ni loca. Eso que ahora ni te apetece ni te aporta nada. Lo siguiente es poner los morros en forma de O y decir: N O. (La sensación de incomodidad del después se quita al de 5 minutos, y con la práctica ya ni se siente)

5. Desayuno con diamantes

Cuando mejor te venga pero si es de mañana mejor aún. Date homenajes. Cuídate y empieza por la comida. No ha de ser una mariscada para desayunar (glups) pero sí algo que te guste. Cuando digo que te cuides no hablo de que comas cereales light ni historias de ésas (que si quieres hazlo) pero por cuidar yo hablo de mimar, de saborear, de disfrutar con la comida. Desde que llegué de México me hago unos desayunos que quitan el hipo (nunca he desayunado, no me gustaba) y empiezo de otra manera. Tengo la sensación de que un mundo me espera para que me lo coma a pedacitos (no al revés). Si vives con más personas es genial desayunar prontito todxs juntxs. No es broma, el día se pinta de otro color y te parece más factible cumplir con tus objetivos.

6. Aquí es donde ocurre la magia

Lo sé, lo sé. Se está muy a gustito tumbadita entre los problemas y las angustias. Son de la familia. La rutina tiene una inercia que no gusta pero no podemos negarlo, es cómoda. No tenemos que pensar, ni cuestionar, ni decidir. Así que aunque la teoría esté clara, la práctica (emmmmm) requiere salir de lo suavecito y acogedor que son todas aquellas cosas que ya ni me sirven ni me aportan nada, pero que siempre han estado ahí. La cosa es que vivirse cíclica pasa por salir de esta comodidad que nos coarta para ir a un mundo nuevo y trepidante. Lo genial de ser cíclica es que hay momentos en los que una desea salir de esa zona y explorar el Polo Norte y otros momentos en los que la inquietud es la de retirarse a casa para descansar y aprender de la aventura. Se trata de conocer los límites y esforzarse (ni que sea un poquito) en expandirlos para ¡pluf! romper la burbuja del confort y ser parte de la magia.

Cuestiona, ríe, descansa, juega, observa, calla, expresa, llora, canta, prende fuego al mundo pero haz siempre lo que te salga del coño. Ésta es la clave fundamental para gozar de tus hormonas sin morir en el intento. Eso sí, busca espacios y personas en donde puedas refugiarte y descansar. No es fácil pero es lo más increíble que  he hecho en mi vida.

OJOCUIDAO: Mañana es el último día para enrolarse en la 3ª edición de las sesiones on line Las 4 mujeres que soy en su precio reducido. Comienza la aventura en 5, 4, 3, ...

Día 27: fase premenstrual

Pic:  Wonder Woman

Tags:

Conocerte es vivirte. Vivirte es amarte. Amarte es ser libre.

 

© 2010-2023 el camino rubí - todos los derechos reservados || Registrado en Safe Creative

Inicia Sesión con tu Usuario y Contraseña

¿Olvidó sus datos?