Los enfados por las cosas más nimias y absurdas se acumulan. El autosabotaje se instaura como nueva religión. La criatura cumple meses, echa nuevos dientes y su madre solo piensa en cuándo llegará la hora ‘de la sagrada birra’. Me creía mejor que «esto», creía que en la pandemia lo haría BIEN, porque sin duda yo iba a ser La Perfecta Confinada.